lunes, 17 de marzo de 2008

Perico de los Palotes


Quiero aclarar la confusión que por ignorancia supina ronda sobre mi nombre y todo debido a ese personaje proverbial: Perico el de los palotes. Según "El Tesoro de la Lengua" (1611) de Sebastián de Covarrubias, el tal Perico era: “… un bobo que tañía un tambor con dos palotes. El que se afrenta de que lo traten indecentemente suele decir: Sí, que no soy yo Perico el de los palotes”.

En el siglo XVI se llamaba así a un bobo que tocaba el tambor precediendo al pregonero, que era el que se quedaba con el sueldo y las propinas de ambos.

Este bobo con su tambor, y a veces con el cornetín, imitaba al pregonero que trataba de desembarazarse de él ante las risas de los congregados. A falta de tonto del pueblo oficial, la figura del pregonero y, más concretamente, la de Perico el de los palotes, solía utilizarse para la burla y el regocijo general.

Pues bien, la aclaración conveniente reside en un detalle del nombre, ojo aqui: este sujeto era conocido como Perico EL de los palotes (por los palos que usaba para tocar el tambor), en cambio los del solar de Los Palotes, si bien llevamos muchos el nombre de Perico (por regla general entre los primogénitos) no empleamos el reiterativo pronombre EL ni nos referimos a los palotes del tambor sino a nuestro linaje, que tiene un muy diferente orígen el cual sería de lesa humildad referir. Baste decir que la naturaleza nos proveyó de tal manera que bien podría decirse al avistar a uno de nuestros primogénitos: ahi va Perico, el del Palote.

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